Cada día, aplicamos en nuestra piel una gran cantidad de productos sin ser realmente conscientes de los ingredientes que contienen. Muchos cosméticos convencionales incluyen parabenos, ftalatos, sulfatos, siliconas y fragancias sintéticas, compuestos que pueden alterar el equilibrio natural de la piel e incluso afectar nuestra salud a largo plazo.
¿Por qué son perjudiciales estos ingredientes?
• Parabenos: Utilizados como conservantes, pueden actuar como disruptores endocrinos, interfiriendo con la producción hormonal.
• Sulfatos (SLS y SLES): Agentes espumantes que pueden causar irritación, sequedad y afectar la barrera protectora de la piel.
• Siliconas: Aunque proporcionan una textura suave, crean una película artificial que puede obstruir los poros y evitar que la piel respire correctamente.
Al eliminar estos químicos de tu rutina, permites que tu piel respire, se regenere de forma natural y absorba mejor los nutrientes esenciales. Ingredientes como los aceites vegetales, extractos de plantas y mantecas naturales aportan vitaminas, antioxidantes y ácidos grasos esenciales que fortalecen la piel sin efectos adversos.
Reducir el uso de cosméticos con ingredientes tóxicos no significa renunciar a la efectividad. Hoy en día, existen alternativas naturales y científicamente respaldadas que ofrecen resultados visibles sin comprometer tu salud.
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